El juego infantil y su
importancia en el desarrollo
El juego infantil se define como una actividad
placentera, libre y espontánea, sin un fin determinado,
pero de gran utilidad para el desarrollo
del niño. Las connotaciones de placentera, libre
y espontánea del juego son fundamentales y por
tal razón debemos garantizarlas con nuestro
acompañamiento inteligente.
Los expertos han señalado las características
del juego:
Se hace simplemente por placer.
- Es elegido libremente.
- Exige una participación activa del niño, lo cual lo va a conectar con vertientes de la cultura.
- Favorece el desarrollo social y la creatividad.
- Se halla en la base misma de la cultura.
La creatividad es inherente a todos los seres
humanos, no es ni de ricos, ni de pobres, ni
de inteligentes ni de quienes no lo son, es una
característica propia de la especie humana.
Quienes acompañamos a los niños durante la
fase de la crianza debemos propiciar el desarrollo
de la creatividad, para que estos puedan
afrontar la solución de problemas y asumir su
propia vida de la mejor forma. Fomentemos
entonces en nuestros niños y alumnos la creatividad
a toda costa, para que ellos se llenen de
ideas y de ilusiones, y adquieran una serie de
aprestamientos que les permitan disfrutar del
mundo al que han llegado.
Johan Huizinga, un historiador holandés, escribió una obra clásica para los estudiosos
del juego llamada Homo Ludens, un libro de
verdad apasionante. Allí Huizinga advierte cómo
el juego ha acompañado a la especie humana
desde su aparición sobre la Tierra y llama la
atención sobre autores como Brueghel “El Viejo”,
pintor que vivió en 1560, quien representó una
serie de juegos, 81 en total, los cuales no distan
mucho de lo que son los juegos básicos de hoy.
Se sabe, por ejemplo, que el sonajero que nos ha acompañado durante las fases iniciales de
nuestra vida tiene antecedentes prehistóricos
que nos inducen a pensar que existía como
elemento lúdico prácticamente desde los albores
de la humanidad.
“El juego se halla en la base de la cultura”,
afirma Huizinga, frase muy profunda que proporciona
un punto de partida para estudiar
a la especie humana, lo que se podría hacer
perfectamente siguiendo la forma en que ha
jugado el hombre desde siempre y como juega
hoy en la era de la información, en medio de
computadores y videojuegos, la que, de paso,
podemos decir, no es la mejor opción de espacio
lúdico para el desarrollo.
Sigmund Freud decía muy acertadamente:
“Un niño juega no solo para repetir situaciones
placenteras, sino también para elaborar las que le
resultaron dolorosas o traumáticas”. La ludoterapia
es un elemento bien importante para muchos
tratamientos, y, en ese sentido, en la medida en
que el juego permite aflorar una gran cantidad
de situaciones que angustian a los niños, va a
servir muchísimo como terapia.
Beneficios del juego infantil:
- Es indispensable para la estructuración del yo.
- Le permite al niño conocer el mundo que lo rodea y adaptarse a él.
- Pensemos en cómo las situaciones del juego van creando en el niño mecanismos adaptativos que hacen que lo ejecute cada vez más fácilmente y con menos estrés, con dominio creciente del entorno.
- Es fundamental para que el niño aprenda a vivir. Ese es uno de los aprestamientos principales que tiene esta connotación lúdica.
El juego como medio educativo es un elemento
muy significativo, porque:
- Enriquece la imaginación; se sabe, y los pedagogos lo tienen muy claro, que el juego aporta mucho en el proceso creativo.
- Desarrolla la observación, ejercita la atención, la concentración y la memoria.
Los juegos no tienen que ser elaborados ni
complejos.
Esta es una de las cosas bonitas de
los niños, que muchas veces los juegos más
elementales y simples tienen una connotación
importantísima, por ejemplo, cuánto disfruta
el niño montado a caballo en un palo de escoba,
o arrastrando a su hermana en una caja de
cartón, frente a otras cosas de la modernidad,
que no le despiertan una atención tan grande.
En ese sentido, el desarrollo, la imaginación,
la observación, el progreso en la atención y la
memoria son factores que posteriormente serán
transferidos a situaciones no lúdicas, las cuales
enriquecen la mente del niño y lo preparan para
la vida académica y laboral.
El mismo estudio puede tener una aproximación
lúdica; hay escuelas del pensamiento
pedagógico que hablan de aprender jugando y
de cómo se facilita el proceso de aprendizaje
cuando se introduce la lúdica. El niño, de una
forma graciosa y libre, va absorbiendo perfectamente
una cantidad de conocimientos. Lo que
así se aprende, persiste.
El ensayista francés Michel de Montaigne
afirmó: “Los juegos infantiles no son tales juegos,
sino sus más serias actividades”. Ojalá que los
soldados de la patria tomaran tan en serio su
papel como lo toman los niños al considerarse
soldados en sus juegos, absolutamente convencidos
de que lo son. La imaginación se ejercita
y, para ellos, un balde no es un balde, sino un
casco.
Cualquier objeto cotidiano adquiere una
representación subjetiva que enriquece sus
procesos imaginativos.
El juego permite tres funciones básicas de la
maduración psíquica:
- La asimilación.
- La comprensión.
- La aceptación de la realidad externa.
El juego favorece:
- La sociabilidad temprana.
- Las habilidades de comunicación social
Quienes asistimos como espectadores a un
juego de niños podemos ver representada una
enorme porción de nuestra sociedad, donde
hay alguien quien es líder, otro que obedece,
otro que tiene una propuesta distinta y uno
que disiente. Vemos con mucha frecuencia
situaciones en las que cada niño asume su rol
y manifiesta lo que siente, lo que posibilita una
serie de aprestamientos sociales que lo preparan
para la vida, una vez se acople al tejido social
al terminar la adolescencia.
En el juego se da una imbricación entre lo
real y lo posible, en la que las reglas del juego le
permiten al niño diferenciar entre lo factible y
lo correcto, al mismo tiempo que le facilita una
salida airosa a sus impulsos. Por ejemplo, cuando
nace un niño la familia se llena de contento,
sin embargo, su hermanito mayor experimenta
una sensación de desplazamiento en las fases
iniciales, porque ha sido el rey de la casa y,
ahora, todo el mundo le trae regalos al recién
llegado; es bastante normal que se manifiesten
muchas veces comportamientos agresivos hacia
este.
Eventualmente estas cosas las sufren los
muñecos, porque de este modo se hace catarsis;
es decir, traspolación entre la realidad y el
deseo, haciendo lo correcto, que es no hacerle
daño al hermanito pequeño en su condición de
minusvalía, por el momento tan temprano del
desarrollo en el que se encuentra.
En situaciones importantes, el juego permite
adaptaciones y soluciones pertinentes para vivencias
que angustian a los hermanos desplazados
por el recién nacido, lo que es suficientemente
conocido en psicología y pedagogía; se trata
de aminorar los efectos negativos, por ejemplo,
cuando le decimos a una mamá que le traiga un
buen regalo a los hermanos mayores y les diga
que se los trajo el recién nacido; que aproveche
también cuando el bebé está durmiendo para
que juegue con los mayores, que le diga al papá
que le dedique un buen tiempo, etc., cosas que
hacemos todos los días para que superen el proceso
rápidamente y pueda aparecer una buena
relación entre hermanos.
El juego le permite al
niño desfogar una gran cantidad de emociones
que en determinado momento lo abruman y lo
angustian.
El juego y el tratamiento
- El juego es un importante elemento terapéutico; de hecho, la ludoterapia existe, y en las instituciones que se dedican al estudio de los enfermos mentales y a su tratamiento, el juego es tan importante como la ergoterapia.
- El juego por sí solo constituye una terapia.
- Tiene una notable indicación en la rehabilitación física, mental y social.
El primer juego de los seres
humanos: el reconocimiento
entre la madre y su hijo
El primer juego fundamental entre la madre y el
niño es el acto de amamantar; en el se establece
una sinfonía de miradas y de comunicación: la
mano coqueta y juguetona del niño que aprieta y
suelta el seno, lo vuelve a coger, mira a su madre
y sonríe… todos aquellos vínculos que aparecen
y que, dentro de la connotación de la relación
afectiva madre-hijo, van mucho más allá de las
inmensas bondades nutricionales de la leche
materna y tienen que ver con la lúdica desde
etapas muy tempranas. Es así como se forma
el vínculo afectivo y como aparece la noción de
apego que va a acompañar toda la vida a la madre
por sus hijos, hasta el punto que “nadie hace
por un sueldo lo que una madre hace gratis”,
como afirma un sabio aforismo.
El descubrimiento de su propio cuerpo para el
niño es un juego; primero lo hace con sus manos,
empieza a jugar con ellas, es un descubrimiento
inmenso para él saber que puede pasar las
manos por sus ojos, que puede moverlas y que cuando está cansado se las chupa y descansa;
esta connotación de estimulación autoinfligida
es fundamental y esto lo ve uno en niños de 4
a 5 meses que no solo se chupan las manos,
sino el dedo gordo del pie y todo lo que esté a
su alcance, dentro de la fase oral del desarrollo,
en la cual la boca es un elemento determinante
para el conocimiento del niño, pues, mediante
su utilización, va a saber qué es frío, qué es
caliente, qué es blanco o qué es duro.
El juego del lactante
Ya en la etapa del lactante (que va hasta los dos
años de edad), aparecen muchas cosas importantes
en el juego, por ejemplo:
- La risa con sentido social, que se presenta usualmente a partir del tercer mes y que aparece como una acción reverberante en lo afectivo, donde empieza una serie de comunicaciones y comuniones afectivas muy determinantes, que enriquecen inmensamente esta relación.
- Uso del sonajero, aparece como un elemento del juego fundamental, que además es de tradición milenaria, como lo vimos anteriormente.
- Tapar y destapar, que es un elemento fundamental de un muchacho de 12 o 14 meses; qué niño no ha desocupado la cartera de la mamá al año y medio dentro de esta “goma” de tapar y destapar.
- Arrastrar juguetes ya sean elaborados o simplemente una caja de cartón.
El juego en el preescolar
- En esta etapa aparece la conducta animista donde el niño le da vida a objetos inanimados. Se choca con una piedra y dice “piedra boba”, porque se chocó con ella, cree que la piedra es una persona; dentro de su animismo le va dando vida a muchas cosas en su imaginación, esos idearios se van enriqueciendo de manera significativa, como se verá posteriormente con el amigo imaginario.
- Lanzar y recibir objetos, pintar, rasgar, cortar y pegar. Quienes trabajan en instituciones preescolares saben que esta es una etapa bellísima en la vida de los niños, cuando están sintonizados con la vida y ejerciendo su capacidad de asombro con todo lo que encuentran a su alrededor.
El juego en el escolar
- Juegos colectivos: la aceptación de reglas como pautas sociales es determinante, ya el joven no se puede llevar el balón en la mitad del partido porque es de él, ya sabe que el portero es portero, que el defensa es defensa, y que, si le hace una falta al otro, tiene problemas y si comete penalti, etc., ese es el mejor ejemplo de lo que son los aprestamientos sociales posteriores, en los que se tiene que cumplir la ley, hay límites, el otro cuenta y, al igual que mis derechos, están también mis deberes y, en ese sentido, la aceptación de reglas es un modelo social necesario y posible.
- Actividades deportivas: están asociadas con la práctica directa de deportes que va realizando el niño en la interacción con los demás, en las que hay aceptación y acatamiento de reglas.
El juego en el adolescente
Aparece mayor dedicación a los deportes: se ha
dicho, y con razón, que el deporte no es más que
la proyección del juego en la adultez, y realmente
es así, se presentan además los paseos, la música,
la guitarra, la televisión. Todo dentro de una
dimensión lúdica determinante para un buen
desarrollo, que le va a permitir al adolescente
(y de qué modo) manejar una gran cantidad
de situaciones propias de su misma dinámica
adolescente, le va a servir mucho para poder
tomar distancia de sus padres, autoafirmarse
como persona individual y, de esta forma, llegar
a la madurez que todos deseamos como proceso
final de la crianza, donde la autodeterminación
como ejercicio de su autonomía haga de él una
persona independiente, pero, como dicen las
mamás, “ante todo una buena persona”.
El papel de los padres y educadores
¿Cuál es el papel de los padres y de los educadores?
Todos sabemos que los educadores son
la representación de los padres en la institución
escolar; el niño mira al educador como mira a
sus padres, y como una prolongación de ellos.
De ahí la relevancia de que el educador sea un
arquetipo, un ejemplo, un estímulo para el niño,
y que la concepción del discurso de crianza
que se tiene en la familia se tenga también en
la escuela, para que permita ser asertivo en lo
que se les exige a los niños y así ese proceso
tenga un influjo definitivo en el funcionamiento
posterior del niño como ser social.
A los padres les decimos que el juego es la
mejor herramienta que tienen para acercarse
a sus hijos; uno no se acerca fácilmente a los
hijos con un sermón o con una conferencia. Se
acerca jugando con ellos y bajándose a su nivel,
y sin mirarlos como seres distintos. Francoise
Dolto señala que a veces los adultos creemos
que los niños son seres humanos distintos. Si
usted quiere tener éxito con los niños, mírelos
a los ojos, pero al mismo nivel.
Los padres deben jugar como niños y
no como adultos.
A veces se nos olvida eso,
cuando quienes debemos adaptarnos somos
nosotros, y quienes nos van a enseñar muchas
veces son ellos.
Recomendaciones
- Permitan jugar y repetir el mismo juego cuantas veces quiera el niño. Es primordial entender que algo está pasando en la mente del niño, que necesita resolver una cierta situación que dejó pendiente y que tiene identificada con un tipo determinado de juego.
- Alaben los esfuerzos y no solo los éxitos, por favor, esto es fundamental, en los niños no necesitamos éxitos, sino esfuerzos, intentos, precisamos aciertos graduales y progresivos; no nos interesa el producto terminado, nos interesa el proceso, y esto es fundamental porque ese es el desarrollo, el desarrollo no se da hoy a las 12 del día, el desarrollo es una secuencia madurativa, que nosotros debemos propiciar y acompañar de la manera más inteligente posible.
- Valoren todas las actividades lúdicas.
- No controlen al niño cuando está jugando ni le impongan sus gustos. Es contraproducente.
- Lean con sus hijos, pues ello estimula la imaginación y fortalece la comunicación entre padres e hijos. Traten de inducir a los niños en la lectura desde etapas muy tempranas. Es esencial el contacto de los niños con los libros; hoy en día hay libros que se pueden masticar, lamer, y de materiales que no son peligrosos, amigables, que favorecen inmensamente el amor por la lectura y por los libros, lo que va a ser determinante en la vida futura. Hacer un lector de un adulto es de lo más difícil que hay. Por eso el amor por la lectura hay que trabajarlo en etapas muy tempranas, para que el niño haga de la lectura un hábito.
- No interrumpan bruscamente el juego. Explí- queles que pronto terminará para cambiar de actividad. Hay que respetarles a los niños sus espacios; si yo le digo al niño que juegue otra media hora y que luego nos vamos a almorzar, la actitud de ese niño será distinta a si le quito el juego y le ordeno: “¡A almorzar, ya está la sopa servida!”, con lo que se armará el caos. Son detalles mínimos, pero importantes, porque el niño vive su propio mundo y nosotros a veces lo invadimos, y nos perdemos de ser sus aliados muchas veces, quién lo creyera, con las mejores intenciones.
Los juguetes no tienen sexo
Últimamente al niño le da por jugar con muñecas, ¿será que nos va a salir raro? Esta pregunta es frecuente en el consultorio de los pediatras. La respuesta es ¡no! Hay muchas etapas del desarrollo en que no hay problemas con eso. Si la niña coge el carro, no quiere decir que le vayan a gustar las actividades masculinas; hay momentos del desarrollo en que los juguetes no tienen sexo.
Pablo Picasso, el gran pintor, fue siempre un
enamorado de los niños y tiene unas reflexiones
muy valiosas sobre la niñez: “Cuando sea grande
quisiera llegar a ser niño”, “A los 13 años ya pintaba
como Rafael de Urbino, pero me demoré casi cuatro décadas para poder lograr pintar como
un niño”. Una de sus últimas reflexiones fue:
“Todos los niños son artistas, lo triste es que esta
capacidad se pierde con el tiempo”, a lo mejor,
debido a que les decimos a los niños qué y cómo
dibujar y jugar, no los dejamos que dibujen lo
que quieran; siguiendo procesos educativos
equivocados, vamos cercenando esa vena artística
que de por sí tiene el niño. Por ello, el juego es
relevante para los aprestamientos tempranos que
fortalecen o desarrollan capacidades artísticas,
porque, si el niño adquiere estos aprestamientos
mediante la lúdica, el proceso es mucho más
efectivo y trascendente.
El amigo imaginario
- El amigo imaginario es una institución bien bella, al preescolar (niño entre 2 y 5 años), casi nunca le falta el amigo imaginario, que usualmente es una gran persona, porque se aguanta todo lo que el amigo real le quiere hacer; por supuesto para los niños un amigo imaginario es excelente, porque le conversa, pocas veces discute, está siempre de acuerdo con él, lo acompaña a todas partes, no tiene mayores problemas. Hay estudios que muestran que los niños que han tenido un amigo imaginario tienen mejores aprestamientos sociales y relaciones más fáciles. Esto ha enriquecido de alguna forma nuestra mirada sobre los niños, pues el amigo imaginario es el depositario de todas las represiones que el niño tiene en la realidad, él le permite expresar la rabia, lo castiga cuando no puede castigar a las personas reales (como la niña que le hace al muñeco lo que no le puede hacer al hermanito recién nacido), en fin, le da una salida a sus tensiones con los adultos o con las situaciones que le rodean; el amigo imaginario resulta muy útil, pero, además, en muchas ocasiones es un acompañante muy ético y respetuoso de sus relaciones con el niño real.
- Ayudemos a los niños con todo lo que quieran saber. Jean Piaget indica: “Mientras más ve y más oye un niño, más quiere ver y más quiere oír”, este es un proceso reverberante y la estimulación de los niños cuando es adecuada permite que cada vez tengan un interés mayor, que aumente su mundo, que su mente se enriquezca y vayan adquiriendo una serie de elementos que son fundamentales para afrontar la vida del mejor modo.
- Uno de nuestros escritores más queridos, Carlos Castro Saavedra, manifiesta: “Todos los niños son poetas porque viven más cerca de los sueños que de la realidad, porque son espontáneos y sus palabras llegan como la brisa y el amor”. Nada más cierto: los niños son poetas; son muchachos sintonizados con la vida, interlocutores válidos para uno. Son sujetos de crianza totalmente distintos y sujetos de educación diferentes con quienes tenemos que ser muy creativos y asertivos para que dicho proceso sea exitoso.
Para terminar, queremos compartir con
nuestros lectores un poema muy bello de Juan
Manuel Roca, un poeta colombiano, titulado
“Déjenlos”, que dice:
Déjenlos crear tormentas marinas
con sólo agitar sus blancas mantas
o soñar con pájaros no vistos
o convocar a la noche en el pleno día
con sólo esconderse en lo profundo
de un armario
este armario se cierra y llegó la noche.
Déjenlos atrapar una estrella,
cuando en la noche clara y plateada,
desde alguna ventana de la casa
con un espejo roto
la atraen hacia algún jardín de sombras.
No los llamen en mitad de sus juegos
No podrán escucharlos.
A esa hora, magnífica y secreta
Ellos están en otra parte.
Finalmente, queremos terminar con una
reflexión de Pablo Neruda que señala: “El niño
que no juega no es un niño, pero el adulto que
no juega perdió para siempre el niño que vivía con él y que le hará mucha falta”. Confiamos
en que esta reflexión nos incite a jugar con
nuestros niños, a acercarnos mucho a ellos, a
recuperar el niño que llevamos dentro y que
como “consultor o asesor” nos va a servir para
relacionarnos de la mejor manera posible con
esos seres humanos fascinantes en proceso de
crecimiento y desarrollo que son los niños y
las niñas.
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